Las zonas recreativas y lugares de esparcimiento como los parques infantiles son el sitio perfecto para que nuestros hijos e hijas jueguen entre sí sin que los adultos nos tengamos que preocupar por su seguridad. Y es que la mayoría de los parques infantiles son espacios vallados, seguros e ideales para que los pequeños se muevan a sus anchas. Sin embargo, los parques son sitios comunes y en ocasiones no están todo lo limpio que debieran por lo que es clave cuidar la higiene en los parques infantiles.
Y es que tanto usuarios, sean niños, niñas y sus tutores así como los responsables del mantenimiento de parques infantiles deben cumplir una serie de normas para que no haya problemas en estos lugares de ocio.
La importancia de la higiene en los parques infantiles
A comienzo del artículo destacábamos la seguridad de los parques infantiles como recintos donde podemos dejar correr, jugar y campar a sus anchas a los más pequeños de la casa. Esto es debido a que tanto los materiales, como los elementos de juego y el recinto están vallados y protegidos y no resultan un peligro para los enanos.
Sin embargo, tampoco se trata de dejarlos sin supervisión ya que, aunque son espacios relativamente seguros, los niños y niñas son especialistas en atraer el peligro. Una forma sencilla de complicarnos la vida a los adultos es cuando nuestros hijos deciden meterse en la boca cualquier cosa que encuentren tirada por el suelo.
Teniendo en cuenta que los parques infantiles cuentan con superficies como suelos y plataformas flexibles y blandas así como pavimentos de caucho no tendremos grandes riesgos con los pequeños ya que es difícil que puedan tragar alguna pieza de estos materiales.
Pero que no puedan tragar ninguna pieza no significa que no se manchen y que estas piezas sean inofensivas. Todo lo que esté en contacto con el suelo debe evitar ser llevado a la boca e ingerido por los pequeños gamberros que adoran atrapar cualquier cosa del suelo y llevarla a la boca.
Afortunadamente, los materiales de los parques infantiles como cauchos, pavimentos y cortezas son materiales blandos cuya principal propiedad es la absorción de impactos pero que pueden acumular polvo, suciedad y otros residuos entre los granos ya que son superficies que combinan goma y resina de poliuretano.
Llevarse estos materiales a la boca no es peligroso, aunque es conveniente evitarlo ya que conllevan otros residuos como polvo, suciedad y arena así como estar expuestos al aire libre.
Puntos clave para mantener estos espacios limpios y cuidados
Los padres y madres somos responsables de nuestros hijos por ello debemos prestarles atención y es nuestra responsabilidad lo que les pueda pasar fuera de casa. Sin embargo, eso no quita que si los llevamos a un recinto el dueño del mismo no tenga su cuota de responsabilidad acerca del mantenimiento e higiene del lugar.
Y es que el tiempo y el uso acaba gastando todo, instalaciones incluidas. De ahí que, a menos que tengamos un parque infantil totalmente nuevo, lo aconsejable es cada vez que vayamos a uno tengamos en cuenta los siguientes consejos:
- Si tenemos hijos sabemos que los niños son atrapadores de la suciedad por lo que nunca está de más llevar un paquete de toallitas húmedas con nosotros para limpiar sus manos, su ropa o algún elemento en el que quieran jugar. Así, evitaremos que se ensucie la ropa y estarán limpios.
- Lavarse las manos en la fuente. Después de un rato largo jugando los más pequeños de la casa acaban cansados y pidiéndonos algo de comer. La primera norma de higiene tanto en casa como en estos parques es que se limpien las manos antes de comer y volver a jugar.
- Llevar un pequeño gel desinfectante. Los parques infantiles son un lugar de diversión, pero a veces nos olvidamos que lo comparten muchos niños. El problema es que estos pueden estar enfermos y contagiar a nuestros hijos con algún pequeño resfriado o virus ya que además de estar en contacto entre sí tocan otras superficies que el resto de los pequeños acaban tocando a su vez como las barandillas de las escaleras o los toboganes. Aquí es clave hacer dos cosas, evitar que los niños se metan las manos en la boca y limpiárselas tanto al inicio del juego como cuando se van a casa. Una solución es tener a mano un gel desinfectante para aplicar en las manos y así evitar los gérmenes que se esconden entre las manos de los pequeños.
- Finalmente, revisar las instalaciones. Tampoco se trata de que hagamos el trabajo de los responsables de mantenimiento pero nunca está de más comprobar el estado de la zona de juegos y ver si hay agujeros, zonas levantadas y que estén en contacto con la tierra u otros materiales para evitar que los niños cojan algo del suelo y se lo lleven a la boca.
Debes tener en cuenta que el mantenimiento de los parques infantiles es responsabilidad de la entidad que lo ha instalado bien sea el ayuntamiento, una entidad social o una comunidad de vecinos. Estos son responsables tanto de su buen estado y mantenimiento como señalización y el establecimiento de las normas de uso que deben estar instaladas en un lugar visible.
Así, sabremos a quién debemos acudir en caso de negligencia, fallo o incluso higiene. Y es que, por norma general, sí, los parques infantiles son lugares seguros y limpios, pero nunca está de más comprobar su estado y es que merece la pena dedicar unos segundos a la higiene en los parques infantiles y así prevenir disgustos.
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